¡Llamad a los bomberos, al ejército, a los cazafantasmas!

Esta mañana viví una experiencia cercana a la muerte… por ASCO, y sin salir de casa, oigan.

Vivir en una casa con jardín tiene el problema de que los bichos no saben de fronteras, ni de propiedad privada ni de allanamientos de morada, así que te los encuentras campando con total alegría por todas partes. Desde que estamos aquí hemos tenido que sacar a geckos de la cocina, el baño e incluso el dormitorio (y eso cuando no han desaparecido sin dejar rastro tras el susto inicial), seguimos sin saber por donde entró la plaga de moscardones que tuvimos a finales de agosto, nos han picado más mosquitos de los que podemos recordar, hormigas gigantes y minúsculas se pasean por todas partes sin control, unos gusanos rarísimos arrastran sus crisálidas móviles por las paredes y tres pájaros no identificados se han empotrado contra los cristales sin que haya que lamentar víctimas. Y no nos olvidemos de las arañas. Cualquier día me encuentro un carpincho en la cocina.

Pero lo de hoy ha pasado de castaño oscuro, lo de hoy ha sido intolerable, hoy he pisado con el pie descalzo una enorme, asquerosa y repugnante cucaracha mientras hacía la cama. Ni siquiera he gritado, el horror sólo me ha permitido soltar un «Pero qué… ¡JODER!» tras levantar el pie a toda velocidad al notar algo extraño e inesperado bajo los dedos y mirar qué era. Y allí en el suelo, patas arriba y haciéndose la muerta, la cucaracha más enorme que he visto en mi vida. Como impulsada por un resorte le he puesto un zapato encima mientras trataba de pensar qué hacer antes de que cundiese el pánico ¡Y MOVIÓ EL ZAPATO! Lo que pasó después fue causado por un subidón de adrenalina, la aplasté hasta que se oyó un «cronch» (y tuve que hacer bastante fuerza), corrí a por servilletas de papel y una bolsa, hice una bola, la tiré a la basura y me subí a una silla.

Y me he pasado el resto del día pensando si estará realmente muerta o no.

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(No he tirado nada a la basura desde entonces)

Y ahora os dejo, tengo que comprobar si en amazon venden lanzallamas y después volver a frotarme el pie con un cepillo y lejía.

  1. Laura E.

    18 noviembre 2015 at 23:21

    que ben debuxas…condenada!!!

    1. Carabiru

      19 noviembre 2015 at 16:14

      Jajajajaja, perdín moita man.

      1. Laura E.

        21 noviembre 2015 at 17:22

        pois está xenial este! Ata coas tuberías…el que tuvo retuvo!

        1. Carabiru

          21 noviembre 2015 at 19:41

          Con algo había que entreterse e deixar de pensar en invasións de bichos noxentos, jajajaja.

  2. etringita

    19 noviembre 2015 at 14:05

    ¿Estás realmente segura de que se quedó en la basura? ¿No sacaste la bolsa inmediatamente?

    1. Carabiru

      19 noviembre 2015 at 16:14

      Ay, no alimentes mi paranoia.
      La basura la sacó Jorge cuando volvió, yo no volví a abrir la puerta en todo ese tiempo.
      :S

  3. anikaviro

    20 noviembre 2015 at 23:47

    Jajaja. Me recuerda a Canadá en verano y sus MILES de bichos…
    Me encanta ese croquis arquitectónico de tu pánico :___

    1. Carabiru

      21 noviembre 2015 at 19:41

      Aquí la fauna local me está poniendo muy a prueba.
      Justamente ayer me picó algún tipo de mosquito mutante que me ha dejado medio brazo lleno de bultos afiebrados. :S
      En medio del pánico, cuando me vi encaramada al taburete, se me ocurrió que sería buena idea dejar constancia gráfica. Y además me tuvo entretenida un buen rato sin pensar en cucarachas, jajaja. 🙂

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